El título evoca las palabras de Pétain: “Franceses, tienen la memoria corta...”. Y el verdadero horror surge cuando la heroína y su compañero descubren al cabecilla de una red neonazi y, al mismo tiempo, comprenden que no pueden denunciarlo, porque todos saben quién es y a nadie le importa. En palabras del coguionista Edgardo Cozarinsky: “En esta época donde gobiernan los medios de comunicación, no hay escándalo posible, la verdad puede estar expuesta y al mismo tiempo ahogada por la conspiración de ruido que anestesia todo reflejo de indignación moral.” |
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