La primera película-ensayo de Thom Andersen es un estudio exhaustivo de la «zoopraxografía descriptiva» de Eadweard Muybridge, una ciencia positivista con un único practicante. Un precursor de Lumière y de Edison que probó empíricamente cómo se podía capturar el tiempo mediante la fotografía, Muybridge mostró el movimiento de seres humanos y de animales mediante fotografías secuenciales sobre placas de vidrio, que fueron proyectadas allá por el año 1879. Andersen analiza el carácter sistemático de la obra y su rebelión contra la tradición romántica del arte y también contra la cultura victoriana. Resume y revisa magníficamente la obra fascinante de Muybridge combinando el análisis incisivo con abundantes ilustraciones, y encuadra directamente a Muybridge en un contexto cinematográfico.