Adiós a la vida (No Sad Songs for Me, EUA-1950) dir. Rudolph Maté, c/Margaret Sullavan, Wendell Corey, Viveca Lindfors, Natalie Wood, John McIntire. 89’.
Una valoración de Margaret Sullavan es un acto de memoria y está teñido por el sentimiento. Falleció en 1960, no actuaba en cine desde 1950, pero en ese papel de Adiós a la vida es recordada hoy por muchos, y la razón es una sinceridad interpretativa peculiar, una calidez de sentimiento, un pudor de expresión, que confería la elocuencia dramática a su mirada y particularmente a su voz. Margaret Sullavan fue una figura dramática memorable, y aunque toda mención actual de su voz suscita la indiferencia burlona de quienes no supieron sentirla, deben ser centenares los auditivos locales que no podrán olvidarla, y que por esa voz sabrían identificar a esa mujer entre miles. De tales asociaciones se forma la memoria, pero también el talento.
Viernes 21 de enero de 2011 a las 15:30
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