Retrospectiva Ingmar Bergman

En la edición del Festival de Venecia de 2003 Ingmar Bergman (n. 1918) demostró que no en vano es la última leyenda viviente del cine. Uno de los acontecimientos más esperados del festival era el estreno de Saraband, su última obra, que fue realizada para la televisión sueca y, en cierto modo, es una extensión de Escenas de la vida conyugal (1974). Su exhibición en el Festival iba a coincidir con un importante homenaje por los ochenta y cinco años del realizador. Sin embargo, a último momento, Bergman se mostró disconforme con la calidad de la transcripción a 35 mm de Saraband (originalmente rodado en HD) y prohibió su proyección en el Festival. Ninguna intervención oficial o extraoficial logró modificar su opinión y una vez más, como casi siempre en sus sesenta años de actividad cinematográfica, Bergman hizo su voluntad.
No es sorprendente, si se recuerda que ésa es la misma voluntad que le permitió realizar una obra monumental en el cine y en el teatro, sobrevivir a cinco matrimonios, atravesar con éxito diversas enfermedades reales e imaginarias y remontar un escándalo impositivo que lo obligó a pasar varios años fuera de Suecia. En su filmografía logró una rara coincidencia de factores: la ambición de sus temas, una inagotable capacidad formal para expresarlos, mano privilegiada para conducir a sus intérpretes y una libertad creativa de la que tuvo la suerte de gozar incluso cuando era un cineasta joven y poco conocido en el exterior. En cantidad, calidad y diversidad, es muy probable que su obra sea la más importante que haya logrado un director en lo que va de la Historia del Cine.
El público rioplatense ha tenido una relación particular con Ingmar Bergman. En 1952, cuando sus películas todavía no eran conocidas fuera de Suecia, el Festival de Punta del Este exhibió Juventud, divino tesoro (1950) y el crítico Homero Alsina Thevenet señaló que allí había un cineasta importante. A ese veredicto siguió el estreno del film en Montevideo y luego en Buenos Aires, por obra del distribuidor Néstor Gaffet, quien puso en juego su inminente matrimonio para poder comprar los derechos. Mientras la crítica mundial se burlaba de Bergman y lo desestimaba en los festivales internacionales, el público uruguayo y argentino convertía a Juventud, divino tesoro en un éxito comercial y recibía con el mismo entusiasmo el resto de los films que el realizador había hecho hasta esa fecha.
Para esta retrospectiva, realizada en malba.cine gracias a la colaboración entre Filmoteca Buenos Aires, Artkino Pictures, Cineclub Núcleo y APROCINAIN, se han reunido treinta films. Veinticinco fueron dirigidos por Bergman y esa selección incluye títulos poco o nada vistos desde su estreno, como Música en la noche (rescatada en copia nueva por Malba gracias al aporte de Kodak y Cinecolor), Vergüenza, El huevo de la serpiente y El toque (adquiridas por Filmoteca Buenos Aires en el exterior). Se han incluido además dos películas casi desconocidas (Turbia está la noche y El relámpago en los ojos), escritas por Bergman pero dirigidas por otros. La muestra se completa con tres títulos mudos (La carreta fantasma, El tesoro del Sr. Arne y La brujería a través de los tiempos) que se exhibirán con música en vivo y representan lo mejor de la primera época del cine sueco, una influencia que Bergman reconoció en diversas oportunidades a lo largo de su vida.
Introducción Fernando Martín Peña. Textos por Natalia Taccetta
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L I S T A D E P E L I C U L A S
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